La llegada de la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado el mundo del arte, planteando la intrigante pregunta de si puede superar a los maestros clásicos. Aunque la IA puede generar obras impresionantes y explorar nuevos estilos, carece de la empatía y la conexión emocional que define al arte humano. Sin embargo, esta tecnología no debe verse como una competidora, sino como una herramienta que potencia la creatividad, permitiendo a los artistas experimentar y fusionar técnicas de manera innovadora.
La reinvención de obras icónicas, como los girasoles de Van Gogh, ilustra cómo la . . .
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